Aun cuando encuentran maneras de seguir sumando victorias que los mantienen en lo alto del Oeste, las últimas semanas de Golden State han estado muy lejos de lo que el equipo mostró durante la primera etapa del torneo. Al menos en lo que refiere al costado ofensivo, donde aparecen 28 entre 30 equipos en cuanto a rating en lo que lleva el calendario 2022. Por debajo, apenas, dos conjuntos de fondo como Orlando y OKC.
Hay varios factores que entran a jugar en ese notable bajón de los Warriors en ataque, pero dos sobresalen por encima del resto. El más obvio es el mal momento que atraviesa Steph Curry con el tiro, al extremo de estar teniendo los porcentajes más bajos de su carrera en triples, lanzamientos de campo y eFG%. Y por un buen margen de diferencia: nunca antes bajó del 45,1% de campo y hoy está en 41,6%. Tampoco ha bajado del 41,1% en triples, pero hoy aparece en 37,6%.
Pero si bien lo de Curry salta a la vista fácilmente, hay otra explicación muy clara para el momento de los de Kerr a la hora de buscar la red rival: la ausencia de Draymond Green.
Si bien los números básicos de Green no son nada del otro mundo (7,9 puntos y 7,4 asistencias) está clarísimo que su impacto para Golden State va muchísimo más allá de lo estadístico. Y aunque normalmente se asocia su presencia a lo defensivo, lo cierto es que lo de Draymond es tan o más importante en ataque. No por lo que hace él individualmente a la hora de anotar, sino por lo que genera en sus compañeros y específicamente en Curry.
Draymond es el conducto que le da vida a la ofensiva de movimiento de los Warriors y que permite explotar ese juego sin balón de los anotadores que tiene alrededor. Sin Green y sin otro buen pasador en cancha, esa faceta clave del ataque de Golden State se pierde por completo, transformándose en un ataque más clásico, con mayor peso en la creación y resolución individual.
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Curry ha jugado nueve partidos sin Green en esta temporada. ¿Sus números de tres? 34 conversiones sobre 101 intentos. Apenas un 33,7%. ¿Qué pasa cuando está Draymond disponible? 173 de 449... Un 38,5%. La diferencia es notable y se explica de una manera muy sencilla: cuando juega Draymond, Steph toma muchos más disparos en catch and shoot, sea recibiendo a pie firme o sobre todo, saliendo entre cortinas indirectas. En cambio, sin ese asistidor preciso a su lado, el astro de Golden State se ve forzado a tomar muchos más lanzamientos en movimiento y desde el drible.
Los números lo muestran claramente: con Green en cancha, solo el 33,9% de las conversiones tripleras de Steph llegan desde el drible. Una de cada tres. Sin embargo, sin Draymond, ese número sube a un 45,3%.
Y aún para el mejor tirador de todos los tiempos, hay una gran diferencia entre tomar esta clase de triples...
... a poder tomar estos.
Draymond estará afuera al menos por lo que resta de esta semana con su lesión en la espalda y aunque obviamente Curry es capaz de tener mejores números que los que viene teniendo, aun sin Green, a la larga esa ausencia del ex Michigan State hace mella en el juego y los porcentajes de los Warriors. Un buen recordatorio de cómo el valor de un jugador no solo se limita a lo que pueda hacer por su propia cuenta, sino también de lo que genera en el resto de sus compañeros.
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