¿Qué está pasando con Jalen Green? El preocupante bajón de rendimiento del gran candidato al Rookie del año

01-31-2022
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La elección de Jalen Green por parte de los Houston Rockets en el pick 2 parecía una decisión segura y correcta. Pero, como siempre ocurre en el Draft, no hay nada asegurado, y lo que en junio puede parecer un acierto, meses después puede solo invitar a dudar.

El joven base formado en el G League Ignite era considerado uno de los jóvenes más listos para jugar en la NBA por sus habilidades y físico, además de un instinto competitivo innato. Con 19 años, Green es el prototipo perfecto de proyecto a desarrollar para una franquicia en construcción como es el caso de los Rockets. Un combo adaptado al básquet moderno, que tiene lo mejor de un base y un escolta, y que puede convivir con otro manejador al lado, al mismo tiempo que dirige desde el bloqueo directo. 

No obstante, a lo largo de las últimas semanas el californiano ha empezado a no rendir del modo que cabría esperar para un debutante de estas características. Basta echar un vistazo a sus últimos cuatro partidos para comprobar el mal tramo que atraviesa Green:

  • vs. Jazz: 7 puntos en 3 de 13 tiros de campo, 5 asistencias y 1 robo
  • vs. Warriors: 3 puntos en 0 de 11 tiros de campo, 2 rebotes y 3 asistencias
  • vs. Spurs: 7 puntos en 3 de 16 tiros de campo, 4 rebotes y 1 asistencia
  • vs. Blazers: 17 puntos en 4 de 11 tiros de campo, 5 rebotes y 5 asistencias

La irregularidad forma parte de la curva de aprendizaje de los jugadores novatos, más si cabe en el caso de aquellos que tienen una gran carga creativa o de dirección como es la situación de Jalen Green. El trecho entre el mundo amateur y la NBA es tan grande que en muchas ocasiones es preciso un largo periodo de adaptación para encontrar su hueco y descubrir cómo impactar de un modo adecuado. 

Con el base de los Rockets la inconsistencia está siendo la tónica y el mejor resumen de su curso, alternando noches de una altísima eficiencia como frente a Boston Celtics o Los Angeles Lakers a principios de temporada, con otras que son todo lo contrario. Es estas últimas las que más importancia han de tener a la hora de valorar su rendimiento, pues el cómo responde a los malos momentos y su evolución tras estos lo que permitirá evaluar su potencial a futuro.

Lo que está marcando su rendimiento en los últimos encuentros está siendo su toma de decisiones, en especial en el tiro tras bote. En los últimos cinco partidos viene lanzando 3,8 tiros en suspensión, los cuales ha ejecutado con una efectividad del 21,1%, solo seis jugadores en ese mismo lapso y con un volumen similar han lanzado peor que él. No obstante, esto parece ser la tónica, ya que en el general de la temporada Green viene tirando al 27,9%, el segundo peor, solo por delante de otro novato, Jalen Suggs (22,2%).

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No es que sean malos tiros como tal, es que el timing y el cómo llevarlos a cabo están lejos de ser ideales.

Aquí, ni Thybulle intenta puntear el lanzamiento ni comprueba si va bien o no.

"Estoy todavía desarrollándome. Tengo que tirar sabiendo que va a entrar ese lanzamiento. Este es un juego de altos y bajos, así que acabará ocurriendo", declaró el joven base tras firmar un 2 de 8 en el último duelo ante Warriors. El jugador de origen filipino está dando sus primeros pasos como profesional y está lejos de ser un proyecto acabado. Algo que en Houston saben y que quieren pulir sin correr prisa ni poner demasiada presión en este, algo que pasará necesariamente por enriquecer su juego y lecturas, como reconoció Stephen Silas. "Los ajustes no tienen que ver tanto con su mecánica de tiro como con el ritmo en el que lanza", aseguró el entrenador. "Ha estado trabajando durante las últimas semanas en eso, así que creo que esto es solo un mal tramo".

Sea como fuere, el número 2 del Draft ha caído notablemente en la carrera por el Rookie del año precisamente por su irregularidad e incapacidad para mantener un nivel de manera constante. Jalen Green tiene talento y ha demostrado en el pasado que es uno de los mejores jugadores de su generación, pero también que es alguien con el que hará falta ser muy pacientes.

El mejor ejemplo de que todo esto forma parte de un proceso lo encontramos en Anthony Edwards, quien durante la primera mitad del curso anterior ocupaba un puesto alto entre los novatos con peor porcentaje de acierto en tiros de campo y que, en la segunda parte, experimentó un cambio completo, pasando a ser un arma ofensiva única. Paciencia y trabajo, la mejor receta para que Green se adapte cuanto antes a la NBA.

Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.