Gabriel Deck vive una situación completamente extraña en medio de la reconstrucción de Oklahoma City Thunder, muy lejana a lo que se habrá imaginado cuando saltó repentinamente desde Real Madrid a la NBA para la recta final del curso pasado. Aquel puñado de 10 partidos para cerrar la 2020-2021 dejaron en claro que el santiagueño tenía los recursos como para ser un jugador productivo dentro del contexto de una organización centrada al 100% en el desarrollo de su talento joven. De hecho, por experiencia, recursos y capacidad, hay pocos jugadores por encima de lo que puede ofrecer uno de los pilares de la Selección Argentina. Sin embargo, el entrenador Mark Daigneault ha tomado otros caminos y todo decantó en este presente, con Tortu hundido en el fondo de la rotación y con su futuro en cuestión.
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Ahora bien, los próximos días podrían ser determinantes pensando en su futuro. ¿Por qué? Lo analizamos.
¿Una chance de más minutos?
Hasta acá, Deck ha jugado poco y nada. Es más, su última presentación fue el 2 de diciembre, cuando disputó 22 minutos en aquella histórica derrota de OKC ante Memphis (por 73 puntos de diferencia). Antes de eso había jugado cinco partidos y casi la misma cantidad de minutos totales (23). En total, 45 minutos a lo largo de 6 encuentros (con 13 puntos acumulados). ¿Tiene sentido? Desde lo deportivo, cuesta entender que un jugador que venía de ser estrella en Europa no tenga participación en uno de los planteles con menos talento de la competición (marca de 12-20), más allá de que el foco sea desarrollar a los jóvenes. E incluso con eso en mente también cuesta entenderlo.
Deck tiene 26 años, no es un veterano por encima de los 30. Lejos de ser un 'freno' para los más jóvenes, su uso subiría el techo competitivo del equipo, clave cuando se piensa en desarrollo. Al cabo, desarrollar en medio de derrotas y malas producciones está lejos de ser lo ideal. Tampoco resulta claro el uso de Deck para la G League. Hace unas semanas había sido asignado a la filial del Thunder, pero tampoco jugó partidos allí que le hubiesen permitido sumar algo de ritmo.
Ahora bien, el contexto actual le puede dar una oportunidad. ¿Por qué? Simple, por el impacto de los protocolos de salud y seguridad de la liga. En las últimas horas OKC fue sumando casos progresivamente. Actualmente están allí Josh Giddey (base rookie y uno de los valores principales), Tre Mann, Darius Bazley, Aleksej Pokusevski y Jeremiah Robinson-Earl. Había entrado también Aaron Wiggins, pero salió rápidamente. Los últimos tres de la lista son jugadores que están dentro de las posiciones de uso de Deck (si sumamos la de ala pivote). Ah, también ingresó el coach Mark Daigneault.
Es decir que, como aleros, quedarían para la rotación Kenrich Williams (el que más viene jugando desde el banco) y Paul Watson, con contrato two-way. Esto, sin contar los tres jugadores que acaba de firmar OKC como excepciones ante las bajas: Olivier Sarr, Scottie Hopson y Rob Edwards (un interior y dos guardias), todos ellos de la filial de G League y sin experiencia en la NBA. Así las cosas, Deck debería tener un hueco aunque sea para dar descanso en un conjunto golpeado, sobre todo considerando que se viene un back-to-back: este martes visitan a Sacramento y el miércoles a Phoenix.
Su contrato, futuro y opciones, en la mira
10 de enero. Esa es la fecha a mirar en relación a Deck. ¿Por qué? Porque es el 'deadline' para el cual se contrato, llegado ese día, se transforma en completamente garantizado para el resto del curso. ¿Qué significa? Que OKC podría cortarlo antes de esa fecha sin la necesidad de pagarle el restante del monto (3,6 millones es el valor total para la 2021-2022). Aunque claro, incluso pasada esa fecha la organización podría cortarlo si así lo deseara.
¿Qué podría pasar en su caso? Considerando el poco uso y, sobre todo, la proyección de Deck dentro del proyecto de la organización, todo parece indicar que tiene más chances de salir que de quedarse, sobre todo si agregamos el deseo del jugador, quien sin lugar a dudas quiere jugar.
¿Un traspaso? Su contrato es relativamente bajo (le quedan dos cursos más, ambos por 3,4 millones, con el segundo de ellos como opción de equipo), y su perfil sería de enorme utilidad para un equipo con aspiraciones o lejos de una reconstrucción profunda (y particular) como la de OKC. Por ejemplo, en Denver caería como anillo al dedo, ya que necesitan un alero con capacidad defensiva y resolución ofensiva. Deck tiene ese combo, sin contar que brilla jugando sin balón, ideal en un sistema como el de los Nuggets (con Jokic como eje). Además, claro, está el gancho de reencontrarse con Facundo Campazzo. ¿El problema? No sólo que un equipo con aspiraciones tenga el espacio salarial para recibirlo (complejo), sino que tengan los recursos (en forma de picks) para convencer a OKC.
¿Qué pasaría si lo cortan antes del 10 de enero? Más allá de OKC quedando sin ataduras económicas, Deck quedaría libre después de pasar el proceso de waivers de 48 horas, donde un equipo podría 'reclamarlo' con el mismo contrato que tiene ahora mismo. ¿Posible? No suele suceder realmente. Una vez pasado ese proceso, ahí sí Tortu quedaría libre de firmar con cualquiera, incluso por fuera de la NBA.
Veremos cómo se desarrollan los próximos días, porque todo parece indicar que habrá novedades con el argentino.
Las opiniones aquí expresadas no representan necesariamente a la NBA o a sus organizaciones.
