Un New York Knicks autodestructivo cayó ante Cleveland Cavaliers

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Toppin

Los partidos de los New York Knicks en esta temporada suelen traer diferentes situaciones difíciles de entender, al menos observándolas desde afuera. Su derrota de este lunes ante los Cleveland Cavaliers por 95-93 no fue la excepción, con una serie de decisiones de parte de Tom Thibodeau que no parecen ayudar a las chances de victoria de unos neoyorquinos que continúan inmersos en su irregularidad.

Lo más relevante pasa por el uso de Julius Randle como una primera opción ofensiva. Es tiempo de asumirlo: Randle tuvo una Fase Regular 2020-2021 completamente por encima de su habitualidad en la liga. Pero en lo que llevamos de esta campaña, estamos viendo una versión mucho más parecida a la que vimos durante el resto de su carrera NBA. Y esa versión está lejos de ameritar un trato de estrella como el que sigue dándole New York.

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El tiro de Randle ha vuelto a desaparecer, cayendo alrededor de un 40% de campo y 30% en triples en la temporada. Mientras que su manejo del balón no es mucho más destacado: 5,1 asistencias contra 3,5 pérdidas. Y si el balón lo tiene constantemente un jugador de tan baja eficacia a la hora de resolver y crear, no sorprende que New York tenga una de las peores ofensivas de toda la NBA.

En los últimos siete partidos habíamos empezado a ver un cambio lógico y necesario para los Knicks. RJ Barrett, un jugador bastante más capacitado para cumplir esa función creadora, venía promediando 19 lanzamientos por partido, contra solo 14,3 de Randle. Además, el canadiense lo hacía con porcentajes de 46% de campo y 44% en triples, contra solo 38% y 28% de su compañero. Un reparto de roles con mucho más sentido.

Sin embargo, los Knicks vuelven a caer en sus pecados frecuentes. Ante Cleveland vimos a Randle tomando 17 tiros, de los cuales apenas anotó 6. Mientras que Barrett lanzó menos (16), pero con mucha mayor eficacia (9 conversiones). A este punto no debería haber dudas de quien es la referencia ofensiva de New York... pero curiosamente, las mismas se mantienen. Sobre todo en los momentos decisivos: con su equipo abajo por dos, Thibodeau diseñó la última jugada para un eventual disparo ganador de Randle, que ni siquiera tocó el aro. Barrett, que ya ha anotado un game-winner en esta 2021-2022, observando como espectador de lujo.

Lo de Randle y Barrett no es lo único extraño en esta actualidad de los Knicks. También vemos a un Thibodeau que como a lo largo de su carrera, prioriza por encima de todo a jugadores veteranos, en contraste con jóvenes que parecen darle mayor frescura y dinámica al equipo. 

Obi Toppin anotó 13 puntos, bajó 6 rebotes, lanzó un 5-9 de campo, un 3-4 en triples y tuvo un +20 en cancha, ¡pero solo jugó 15 minutos! Porque en su lugar el DT apostó por un Nerlens Noel que terminó con 2 puntos, 13 rebotes y 0 tapones en 29 minutos... casi el doble de tiempo que el explosivo Toppin. Algo que está lejos de ser nuevo: Toppin promedia 7,3 puntos en 15,7 minutos, mientras que Noel tiene una media bajísima de 3,7 tantos en 23,2 minutos. Además, New York registra un +8,5 en los minutos de Obi, pero solo un -1,1 con Nerlens.

Y una situación todavía más rara: el 13 de enero pasado, New York entregó un pick de 1° Ronda (además de Kevin Knox) para incorporar a otro joven talentoso como Cam Reddish. Pero desde entonces, el ex Hawks casi no ha visto el campo: solo entró en un partido y durante 5 minutos totales. Ante Cleveland, otra vez a mirarlo desde afuera. Y en el desconcierto también podríamos sumar la situación de Kemba Walker y Evan Fournier, quienes no termina de quedar claro cómo son valorados por el DT. Salieron como titulares, pero prácticamente no jugaron en toda la segunda mitad: ambos fueron reemplazados promediando el tercer cuarto y no volvieron a ingresar.

En resumen, seguimos viendo a unos Knicks de rumbo errante. Todo lo contrario de un Cleveland con limitaciones claras (sus cierres de partido y la falta de una opción anotadora allí es un déficit importante) pero qué sabe exactamente a lo que juega y lo que necesita hacer para ganar. Defender duro, encontrar puntos en ese motor en el que se ha transformado Kevin Love en la segunda unitad (20 puntos y 11 rebotes ante New York) y sobre todo, confiar en la guía de Darius Garland, quien llegó a su quinto partido consecutivo en doble dígito (12) de asistencias.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.

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