Bill Walton y el desafío de dimensionar el legado de una estrella: ¿longevidad o picos de rendimiento?

01-26-2022
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A la hora de dimensionar a los mejores jugadores históricos de cualquier deporte siempre aparece el debate de exactamente qué parámetros deben tomarse en cuenta. ¿Un promedio general de la carrera del jugador, dándole mayor valor al nivel sostenido en el tiempo y a la longevidad?, ¿poner el foco en los picos más altos de ese protagonista, sin darle tanto peso al factor tiempo?, ¿una combinación de ambas?

El 75 aniversario de la NBA es una buena oportunidad para traer a flote ese debate. Y aunque hay varios nombres que podríamos utilizar para ejemplificar el tema, probablemente no haya un caso más claro e interesante que el de Bill Walton.

Por un lado, sus claros argumentos a favor. Mientras estuvo sano, Walton demostró que tenía el talento para ser considerado uno de los interiores más completos de todos los tiempos, dominando en la NCAA con UCLA y luego desde temprano en la NBA con los Portland Trail Blazers. Más allá de no ser un anotador al nivel de los Kareem o Wilt, el californiano llenaba con creces todos los otros casilleros, sobresaliendo especialmente en lo que refiere a lo defensivo y a su capacidad pasadora. De hecho, podríamos ponerlo en la más absoluta élite para su posición en ambos rubros.

En la historia de la NBA, solamente dos jugadores promediaron al menos 2,5 tapones y 5 asistencias en una misma temporada: Kareem Abdul-Jabbar y Bill Walton.

Esa brillantez mostrada en sus años en Portland lo llenaron de todo tipo de distinciones a nivel individual y colectivo: dos All-Stars, dos quintetos All-NBA, dos All-Defensive, un MVP, un título y un MVP de Finales, comandando a los Blazers por sobre los 76ers en 1977. Todo en apenas cuatro años: desde su ingreso a la competencia en 1974 hasta 1978. Las vitrinas de Walton sumaron novedades en los años venideros, incluyendo un premio de Mejor Sexto Hombre en 1986 y un nuevo campeonato en ese mismo certamen, representando ahora a los Boston Celtics. 

Tenemos entonces un pico de rendimiento altísimo, un lugar como uno de los mejores de su posición en diferentes rubros, éxito colectivo, éxito individual... por ahora, no parece haber demasiado para marcarle en contra a Walton, a la hora de ponerlo en ese grupo de los más destacados de la competencia. Sin embargo, he aquí lo que hace su caso uno tan curioso y difícil de evaluar: el nivel de estrella de Walton duró apenas dos temporadas. 

Solamente en la 1976-1977 y la 1977-1978 promedió por encima de los 16 puntos. Solamente en esas campañas fue elegido al All-Star Game o seleccionado para un quinteto All-NBA. Apenas en esos dos Playoffs promedió más de 7 tantos en postemporada. Solamente en esos años fue elegido para los All-Defensive. Solo allí recibió algún voto como MVP. Y apenas allí terminó entre los 20 primeros de la liga en cuanto a Win Shares o Value Over Replacement Player (VORP).

Bien sabemos que el motivo de esa caída no estuvo relacionada al juego sino a lo físico y sus constantes lesiones que terminaron impidiéndole consolidarse como esa leyenda indiscutible que empezaba a formarse a finales de los años 70. Pero cualquiera sea la razón, los números fríos marcan esa realidad indiscutible de que Walton solo fue una estrella NBA durante dos campañas.

¿Alcanza con ello para incluirlo en una lista tan exclusiva como la que presentará la NBA en octubre? De nuevo, dependerá del criterio que utilice cada votante, pero si hubiera que inclinar la balanza para alguno de los lados, la sensación es que aún con el factor tiempo en contra, Walton hizo suficientes méritos como para merecer su lugar. Y es que más allá de esos números y datos fríos que mencionábamos, hay una palabra que juega muy a su favor: el legado. 

Walton dejó su huella en la liga y la historia de la competencia no puede ser contada sin que haya al menos un capítulo para el interior californiano. Todo aficionado NBA conoce su nombre y al menos alguna de sus proezas con los Blazers. Y eso, por lo menos en su tan particular caso, probablemente termine alcanzando para no perder la batalla frente a los problemas físicos, las ausencias y su efímero estrellato.

Las opiniones aquí expresadas no reflejan necesariamente aquellas de la NBA o sus organizaciones.